Il était une fois...

Il était une fois...

domingo, 4 de abril de 2010

Infierno y Paraíso

Mientras me encuentro varado en un mundo donde solamente reina la paz y la tranquilidad eterna, llenando poco a poco todo el interior de mi ser, desde mis pequeños dedos hasta la punta de mi cabello, dejando salir una pequeña sonrisa de mi boca, como si fuese una mueca pero que figura naturalmente. ¿Dónde estoy? me pregunto constantemente mientras soy acogido por una la luz que me ilumina calurosamente y brillando en cada espacio de un largo y estrecho camino alfombrado por pétalos de rosa que caen desde el cielo al elevar mi mirada hacia ella.

Sin embargo, al final del recorrido, puedo ver una silueta vestida de negro que me extiende la mano, como si me estuviese llamando. Sabe mi nombre y me sonríe con una mirada profunda e impactante que no puedo mantener mi vista hacia sus ojos debido a que ellos me transmiten una mezcla de sentimientos y emociones que no puedo resolver.

Aunque me acerco cada vez más y más, sin importar que no pueda mirarla a los ojos y decifrar aquello que me muestra en el interior de su pupila, verde y azul. Y te veo a ti sonriéndome como aquella vez que me encontré contigo por primera vez provocándome una sensación de tranquilidad que deseé que fuese por toda la eternidad pero entré en razón y supe que todo esto no es más que una pura, cruda y cruel verdad, demostrándome que todo eso que vivo día a día no es más que una sucia realidad.

Entonces, repentinamente abro mis ojos y veo en el techo el ventilador girando, dando vueltas en si mismo como la Luna rotando sobre su eje, y yo sobre mis propios pensamientos. Me levanto de la cama yendo directamente hacia el baño, me lavo la cara y fijo mi rostro en el espejo, clavando la vista en mi reflejo.

"He perdido el deseo de vivir, ya no queda nada más que hacer por aquí". Decidido a todo sin importar rastros que pueda dejar aquí, en este inmundo y horrible lugar. Voy rozando el cuchillo de plata por mi brazo marcando una línea que poco a poco se va transformando en un camino rojo manchando el filo del mismo y goteando sobre la alfombra blanca esperando que la muerte me lleve consigo misma y poder abandonar este mundo oscuro e hipócrita de una vez por todas.

El infierno es aquí, y el paraíso... allí...

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